3.20.2013

Memorias.

Sentada en el umbral de mi ventana, te pienso mientras llueve y las gotas mojan mis pies. Miro hacia abajo, la distancia es abrumadora, siempre me atemorizaron las alturas pero en el fondo me emocionan un poco. ¿Quién sabe cuántos metros hay desde un décimoprimer piso hasta el suelo? Sí, mi mente divaga para no pensar.
Divaga en vano, porque igual te pienso, igual te siento y recuerdo el último abrazo que me diste (reclamándome que siempre las muestras de cariño las hacías vos, y yo con mi memoria tan corta te doy la razón, porque no recuerdo y no quiero pelear). Y la primera vez que te ví, después de unos cuántos años que llevabamos perdidos.. Te veías tan inocente, esquivándome la mirada, sentado a la mesa y jugueteando con tus manos y el mantel. El mantel y tus manos. Tus manos, tus juegos y el mantel. (Siempre me gustaron tus manos, aunque nunca las había tomado entre las mías)
Hace frío, el viento sopla y canta melodías que me recuerdan a mi niñez, en las épocas en que jugabamos y correteabamos por ahí. Fingiendo ser piratas, padres, doctores, o quién sabe que cosas que ahora no recuerdo.. Que quizás en otra tarde de viento y lluvia, volverán a mi mente y me asaltarán la tranquilidad, robándome un par de sonrisas..

2 comentarios:

  1. Es nostálgica la tarde de lluvia cuando de la mira por la ventana...

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    1. Plenamente. Pero igual adoro la lluvia, en todo sentido.

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