2.18.2010

Se fue. Ella quedó sola -ésto era lo que más la aterrorizaba-, acostada en una cama, su cama. Se sentía desnuda en medio de una habitación vacía, la soledad la hacía sentirse así. Tan indefensa, tan ínfima en la amplitud del cosmos. Lo deseaba, ¿Lo amaba? Quizás. Pensaba que lo conocía desde antes de haberlo conocido, sentía que él le pertenecía.
Quería correr, quería volar y alcanzarlo, retenerlo en sus brazos, y quedarse así hasta la eternidad. Ella lo sentía suyo, y quería que así fuera.
Habían hablado durante mucho tiempo, y hubo momentos de silencio en los que su mirada, penetraba cada fibra de ese ser, aquel que tenía en frente de ella. Y él lo sentía, sentía como esa mirada ardiente observaba más allá de lo físico, al punto de quemarle el alma.
Y ella lo necesitaba.



You're the only exception.

2 comentarios:

  1. Delirios de una mente sin cerebro
    http://www.nomedrogue.blogspot.com

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  2. El sentimiento de pertenencia hacia una persona es lo que nos mata, quizás es como dijiste anteriormente miedo a la soledad...

    Linda entrada...
    ¡Saludos!

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