Alma II

Se devolvió a su casa sin haber comprado nada. Llegó, se sentó en el sillón, y prendió la televisión, y por más que intentara concentrarse en ver su serie preferida, el "incidente" la había dejado inquieta. Decidió subir a su habitación y retomar el libro, lo cual tampoco pudo hacer debido a su perturbación; se preparó un té verde -Siempre la calmaba-, subió con el té en sus manos y se puso a escribir. Se sentó en su escritorio, agarró su anotador y una lapicera, y las palabras inundaron el papel. Escribió sobre miradas ocultas en la oscuridad noche, encuentros casuales entre una suerte de ángel con una mujer, y se sorprendió a sí misma por la velocidad en que sus pensamientos se plasmaban en la hoja, sin que ella se diese cuenta... Poco después de escribir aquello, se sintió más liberada. Terminó su té, bajó y ordenó un poco, y surgió en su cabeza una pregunta: ¿Fue real?. Se acostó y, sumida en sus pensamientos, se durmió. Soñó toda la noche con lo sucedido, y en su sueño, pudo ver mejor a ese chico que le hablaba. Era un hombre de unos veinticinco años, cabello castaño, mirada profunda y facciones delgadas y bien definidas, era hermoso. Luego de unos días -5 de Diciembre-, esa sensación de perturbación, ya había desaparecido. Estando más tranquila, pudo continuar con su vida y sus cosas, normalmente, tal como si nada hubiera sucedido. La noche del 11 de Diciembre, Alma soñó con ese hombre nuevamente. En el sueño él le decía: - Alma, ayudame, por favor. Te necesito, vos sos la única que me puede ayudar. Ella le preguntó su nombre, y él desapareció. Se despertó sobresaltada, no podía creer lo que había soñado hacía unos instantes. Eran las 4.30 a.m, y se levantó, todavía no aclaraba, pero ya estaba por asomarse el sol. Se sentó en el balcón de su habitación, y comenzó a pensar que esto no era un juego, y que tenía que hacer algo. Decidió hacer algo, tratar de buscarlo, y ver por qué él se presentaba en sus sueños, y -lo más importante-.. Tratar de averiguar, por qué él precisaba su ayuda.